¿Hay cura para el dolor de ojos?

La paciencia se acabó (al menos de quien escribe). Si bien no se puede exigir que desde la primera fecha los equipos muestren su mejor rendimiento, lo exhibido a lo largo de estas cuatro jornadas ha sido parejo. Pero parejo por lo malo; ningún conjunto se ha destacado por sobre el resto, todos han evidenciado problemas a la hora de generar situaciones de gol y las pocas creadas, han demostrado serios inconvenientes para definir.
Las goleadas que se han dado, fueron producto de horrores defensivos y desaciertos de los arqueros. La mayoría de los tantos se han obtenido a partir de acciones de contrataque, evidenciando el conservadurismo que impera entre los entrenadores actualmente.
¿A qué se debe este proceso de pauperrización del fútbol argentino? Los motivos van desde el continuo proceso de exportación de los mejores futbolistas, pasando por el anual desmantelamiento de planteles, siguiendo por las propuestas que les arriban a los padres para que lleven con la patria potestad a sus hijos a jugar a las inferiores de los clubes europeos a cambio de una mejor educación y bienestar económico, hasta la poca inversión que realizan los directivos para contratar futbolistas de calidad. Todo esto, sumado a la inestabilidad de los entrenadores en sus cargos, que los lleva a emplear estrategias excesivamente defensivas, acontentándose con empatar de visitante y ganar medio a cero de local, tiene como consecuencia inevitable el mediocre nivel de encuentros que se disputan en la Primera División del fútbol argentino.
¿Qué pueden hacer los espectadores que esperan ansiosos el arribo del fin de semana para disfrutar de un buen encuentro y se terminan encontrando con un nivel de plaza de barrio?
Pueden dejar de ver los partidos, aprovechar el tiempo para leer o estar con amigos, novias o bien comprar paciencia en su farmacia de confianza y seguir como hasta ahora.
Quien les escribe ha agotado su templanza y busca por medio de esta nota canalizar su bronca y dejar una pregunta a todos los lectores: ¿Tan poco vale nuestro tiempo?