En Francia, monarquía

El Olympique de Lion ha sido claro dominador de la liga francesa, más allá de haberse coronado campeón de la liga en las últimas cinco temporadas, del trofeo de campeones y de la Copa de Francia en 2006. Desde que Paul Le Guen, asumió el cargo de entrenador, el club tomó un vuelo inusual en una liga tan competitiva como la gala. Tras su renuncia y el posterior arribo de Gerrard Houllier a la dirección técnica, las cosas no han cambiado, de hecho se han potenciado para mejor; el equipo se consagró campeón con una diferencia grosera sobre el segundo, y estuvo muy cerca de arribar a las semifinales en la pasada Champions, de no ser por el Milan. Para esta temporada, se planteó lograr dar el salto a nivel continental sin olvidarse del torneo doméstico. Por el momento, lo está logrando. Con dos meses de competición cumplidos, el Lyon es el único equipo de Europa que permanece invicto. Su trayectoria en la Champions no tiene manchas (ocho goles a favor y cero en contra, nueve puntos de nueve posibles). En la Liga, su dominio es arrollador. Ya lleva ocho puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, el Marsella, al que el domingo enfrentó, derrotándolo por 4 a 1, con una sobresaliente actuación de Juninho, conductor y referente del plantel.
El equipo propone buen fútbol, sin olvidarse de marcar. Cuenta con una defensa férrea, con dos centrales duros como son el ex Cruzeiro Cris y Squillacci, Abidal como lateral izquierdo que se proyecta contínuamente, asociándose con Florent Malouda, conformando el tandem más codiciado del fútbol actual. En el medio, además se ubican Toulalan, jóven promesa recientemente incorporada a las filas del equipo que la prensa francesa lo compara con Zidane, Juninho y Govou, quien se asentó como interior derecho pese a ser delantero en sus orígenes. Arriba juegan Fred y Carew o Wiltord. Queda claro que hay material de sobra.
El plantel se encuentra compensado. Cuenta con jugadores de experiencia y incipientes valores que se acoplan rápidamente a la propuesta del técnico.
Pese a tener que vender por las aspiraciones de sus jugadores de formar parte de equipos más imporatantes o viéndose mareados por el dinero, sin realizar gastos excesivos, el Lyon se mantiene en la cima del mundo futbolístico, tanto a nivel resultados, como a nivel juego.
Da cátedra todos los fines de semana. La idea para este año, es agregar horas de cursada, los martes o miércoles, dependiendo del cronograma.

Y si gana mañana...

Para sorpresa de casi todos, por no decir todos, Arsenal está a cinco puntos de River, con un partido por finalizar mañana ante Godoy Cruz, suspendido por violencia en la tribuna del Tomba.
El conjunto dirigido por Alfaro no tiene secretos. Con un muy buen trabajo de pretemporada, los jugadores, muchos de los cuales arribaron para esta temporada al club, se han acoplado rápidamente al plantel y han entendido el mensaje del entrenador: orden, sacrificio y atención.
En lo táctico, Arsenal utiliza un módulo europeo, de moda a partir del mundial de Alemania: el 4-2-3-1 cuando ataca, que se transforma en un 4-4-1-1 cuando defiende. Como dice Basile, los equipos se paran de un modo cuando busca el gol y de otro cuando se repliega.
Cuatro defensores centrales en la línea de fondo (Gandolfi y Sekagya hacen las veces de laterales), dos volantes de contención (de los cuales uno es un central, Castiglione, y lo acompaña Ortiz o Andrés Perez, ambos en San Lorenzo cuando Alfaro era el técnico), tres mediocampistas con aporte ofensensivo (Garnier, conocido del entrenador de su épica etapa por Quilmes, y Caffa, ex Boca, jugando por las bandas sumados a Raymonda, que recuperó el nivel mostrado en Instituto, jugando como media punta), que buscan acompañar a Obolo, el único hombre de punta, con características de nueve de área al estilo Palermo, conforman el once inicial de Arsenal que casi sin buscarlo, se coló entre los equipos de arriba.
Esencial fue el aporte del banco de suplentes, principalmente de Lucas Valdemarín, quien fue dejado con el pase en su poder por Velez, como también Mauro Obolo. El "piojo" ha logrado convertirse en pieza vital pese a ingresar en los segundos tiempos, haciendo goles cruciales en los encuentros con Quilmes, Argentinos y Colón.
Arsenal supo aprovechar cada error del rival; fue contundente. Contra Racing, Quilmes y Argentinos ganó en los últimos minutos. Por no perder las esperanzas hasta el pitido final del árbitro, se ilusiona con meterse en el podio y lograr algo histórico para un club que con casi medio siglo de vida (se fundó en 1957) y apenas cinco temporadas en primera división sueña grande.

Lo bajó de un rugido

En poco más de cien partidos disputados contra Estudiantes, Gimnasia jamás había recibido siete goles. Ni el más optimista de los hinchas del "Pincha" ni el más pesimista de los simpatizantes del "Lobo" hubieran presagiado dicho resultado; más teniendo en cuenta cómo se juega el fútbol hoy en día, dando prioridad al orden táctico por sobre la vocación ofensiva, por lo que los partidos son muchas veces trabados y el conformismo es figurita repetida.
Los dirigidos por Simeone en noventa minutos, dieron una demostración de manual de cómo ganar un clásico. Llevaron a cabo la triple G: ganaron, gustaron y golearon.
Para el deleite de toda la parcialidad local, Estudiantes supo aprovechar las debilidades defensivas de un Gimnasia abatido físicamente por su participación de entre semana en la Copa Sudamericana. A diferencia de lo realizado en la temporada pasada, en la que terminó como el segundo mejor equipo de la temporada después del bicampeón Boca, al equipo dirigido por Pedro Troglio le está costando encontrar regularidad. Convierte mucho, pero también recibe en exceso; juega pero también deja jugar. Las idas de Navarro Montoya, Licht, Gonzalo Vargas sumada a la baja veraniega de Lucas Lobos, han diezmado el funcionamiento de un equipo que supo imponer un ritmo aplastador en buena parte de la temporada pasada.
Pero ello no quita merito a Estudiantes, que a partir del liderazgo que ejercen Juan Sebastían Verón y José Luis Calderón, vapuleó a su vecino y rival de toda la vida.
Apenás arrancó el torneo, destacamos la labor de Simeone al mando del equipo, de los aciertos a la hora de reforzarse y de la identidad que iba adquiriendo prontamente el equipo. Sin lugar a dudas, Estudiantes es hasta el momento el equipo que mejor fútbol ha desplegado sin descuidar su propio arco (seis goles en contra en once partidos, lo que lo transforma en el equipo con la valla menos vencida). De no ser por la falta de gol en algunos encuentros (generó muchas situaciones pero no pudo concretarlas) podría estar aún más arriba (se ubica tercero a tres unidades de Boca).

Las dudas de La Volpe animan el campeonato

A mitad de camino a la coronación, se van perfilando los candidatos a luchar por el título. Cuatro fechas atrás, cuando asumió La Volpe, parecía que Boca iba a hacer un monólogo. Sin embargo, habiendo ganado River el Superclásico, varios equipos se han acomodado en la tabla de posiciones, arrimándose con peligro al liderato ostentado por el actual bicampeón Boca Juniors.
Su más acérrimo perseguidor es River, que a raíz de la tempranera eliminación en la Copa Sudamericana, pondrá todas sus fichas al torneo doméstico. A partir de las superlativas actuaciones de Gonzalo Higuaín y Fernando Belluschi, los dirigidos por Passarella van camino a conformar un equipo serio. Queda aún por corregir ciertas falencias defensivas, principalmente a raíz de las subidas de sus laterales y las espaldas de Domingo, su mediocampista central. Poco a poco se va delineando el once titular millonario, cosa impensada en las primeras fechas.
Estudiantes y Racing vienen en alza. Tras un buen arranque, sufieron tres derrotas consecutivas lo que a priori los había marginado de la lucha por el título. Sin embargo, gracias a tres victorias al hilo y el derrumbe xeneise, sueñan con hacerse del primer lugar. El "Pincha" tiene un choque trascendental con su archirival Gimnasia. De ganar el clásico de La Plata, demostraría estar capacitado para hacer fuerza a los poderosos (leáse River y Boca).
Por su parte el Racing de Merlo ha resucitado. Luego de perder en el último minuto ante Arsenal en la séptima fecha,se sumó a la puja gracias a la exploción de Moralez y Bergessio más el olfato goleador de Sava. Aún debe pulir ciertos desaciertos defensivos, principalmente a la hora de tirar el offside, que lo ha dejado mal parado a Campagnuolo en sendas ocaciones. En la doceava fecha recibe a Boca en lo que podrá ser, de ganarle este domingo a Belgrano en Córdoba, el choque decisivo para ver cuales son las cartas que tiene Racing.
La grata sorpresa del torneo, por el momento, es Arsenal de Sarandí. Bajo la conducción de Gustavo Alfaro, se posiciona tercero, con un partido pendiente ante Godoy Cruz. A puro triunfo agónico en los minutos finales de sus encuentros, sustenta su presente en la contundecia ofensiva de sus delanteros (Obolo y Valdemarín, este útlimo ingresando en los segundos tiempos), la seguridad defensiva y la jugada preparada.
Independiente y San Lorenzo, equipos que se reforzaron mucho y bien, han quedado relegados de la lucha. Los dirigidos por Burruchaga no han sabido aprovechar el gran presente que vive Montenegro. Tiene facilidades tanto como para convertir(con 20 goles es el equipo más goleador del campeonato) como para recibir (sólamente ante Gimnasia (LP) ha podido mantener su arco en cero).
San Lorenzo ha perdido tres partidos consecutivos luego de haber superado el bajón anímico que significó perder por 7 a 1 con Boca de local. Tras la clasificación a los cuartos de final en la Copa Sudamericana, es probable que Ruggeri decida parar un equipo alternativo para afrontar lo que resta de competencia local.
Belgrano, Velez y Rosario Central son los otros tres equipos que están animando el torneo pero considerablemente alejados de la punta. El "Pirata" está cumpliendo una actuación más que digna, teniendo en cuenta que es un equipo recién ascendido y que juega con la misma base de jugadores con la que obtuvo el retorno a Primera división. Velez quedó fuera de la Sudamericana prontamente y en el torneo local ha quedeado relegado a partir de la derrota in extremis con Boca estando arriba 2 a 0. Central viene en alza, habiéndo superado la inestabilidad provocada por el cambio de capitán a horas de iniciarse el Apertura. De mantener la base y con algún refuerzo es un candidato a luchar por el Clausura.
Solamente restan nueve manos. Cada vez hay menos jugadores; ¿quién ganará la partida?

¿Y ahora?

Apenas asumió como entrenador de Boca, Ricardo La Volpe reconoció que el partido ante River era trascendental en la lucha por el título. De ganar, la diferencia de puntos (siete) sumado al envión anímico que conlleva una victoria en un superclásico dejarían al conjunto xeneise en una posición inmejorable de cara a la obtención del campeonato. Para los dirigidos por Passarella, una derrota implicaría un tempranero retiro en su intento por arrebatarle la corona a su archirival y una nueva frustración para sus hinchas que hace dos años que no festejan ni siquiera un torneo de verano.
Con más por perder que por ganar, Boca llegó al Vespucio Liberti. Desde el primer minuto tuvo la clara intención de cumplir con una de las directivas impuestas por su entrenador desde que se hizo cargo del plantel: tener el balón y jugar por abajo, moviéndolo a lo ancho y largo del campo. Para ello, debe estar muy aceitado el funcionamiento en conjunto; más teniendo en cuenta que los equipos dirigidos por Passarella se caracterizan por presionar la salida rival, factor que incidió en el resultado del partido.
Sin Gallardo ni Ortega, River ganó a fuerza de concentración y eficacia: aprovechó los errores defensivos de Boca. A partir de la diferencia en el marcador y el correr de los minutos, Belluschi e Higuaín dominaron en el juego, justificando la victoria deja a River a un punto de quien hasta hace pocos días era un equipo imbatible destinado a ganar todo.
Si bien se mantiene en la punta, las actuaciones de Boca a partir del arribo de La Volpe no conformaron ni a los hinchas, ni a los periodistas. Es evidente que para que el equipo funcione como él pretende, se requieren horas de trabajo. Fuerte fue la apuesta de Macri al contratarlo, fuerte debe ser el apoyo en este momento.

¿Quién juega el domingo?

Como antes de todo Superclásico, el ambiente está caldeado.
River, que viene de que le empaten dos partidos en los útlimos minutos, está viviendo un presente poco agradable. Si bien cuenta el mejor plantel (compuesto por jugadores experimentados, consagrados y otros con un gran futuro), el rendimiento colectivo del equipo no ha sido el esperado. En los últimos encuentros, ha tenido serios inconvenientes de definición, para cerrar los partidos (es el conjunto que más situaciones requiere para convertir) y defensivos (con línea de tres en el fondo hace agua).
Por más que nadie dude de la continuidad de Passarela, una hipotética eliminación en la Sudamericana (está 0-1 en la ida y define la vuelta en Brasil con Atlético Paranaennse) y una derrota abultada ante Boca, podrían poner en seria duda su cargo, teniendo en cuenta el vertiginoso ritmo que lleva el fútbol argentino. Es uno de los técnicos más queridos por la hinchada, pero situaciones como las que vive River acutalmente son dificiles de llevar (grave crisis económica y no gana ni un campeonato ni un superclásico hace dos años).
Boca por su parte está viviendo un dulce momento. Más alla del relativo traspié en la Copa Sudamericana (una derrota por 2-1 en condición de visitante no es mal resultado pensando en la vuelta a jugarse en Salta) y de las críticas que recibe La Volpe por sus exigencias hacia el plantel y supuestos conflictos con los más experimentados, es puntero cómodo del Apertura, con cuatro puntos de ventaja y un partido a completar (con Gimnasia de La Plata, pierde al fin del primer tiempo 1-0), con algunos de sus jugadores en un gran nivel (Palacio, Palermo, Nery Cardozo, Gago...).
El ambiente Boca está en un punto tan dulce, que perder un partido como el del próximo domingo podría generar caos (en el entretiempo del pasado encuentro con Velez, en el que perdía por 2-0, lo insultaron al D.T., pese a seguir punteros y luego del partido hubo indiferencia por más que el equipo haya remontado el encunetro en forma épica). Los hinchas xeneises y la prensa han perdido noción de que en el fútbol no sólo cuenta ganar, que todo no depende de uno sino que hay un rival enfrente y existen situaciones que escapan del trabajo de la semana que pueda relizar el entrenador. Hay que bajar línea explicando que en un deporte hay tres resultados posibles y que perder no es la muerte de nadie. De lo contrario el exitismo que gobierna lleva a situaciones lamentables como las que vive el fútbol hoy. Cada fin de semana hechos de violencia, que no van a acabar hasta que se tomen medidas. El problema es general, la sociedad está enferma pero desde la dirigiencia de la A.F.A. con la colaboración de la Policía podrían evitar ciertas situaciones que se repiten todos los fines de semana. Es cuestión de actuar, pero Grondona parece no estar dispuesto a hacerlo (¿habrá algún negocio atrás de la violencia en el fútbol?).
Ambos tienen mucho por perder, pero River más por ganar. Boca, de ganar alejaría los fantasmas que rondan acerca de La Volpe y se encaminaría solitariamente en el tramo final de la obtención del título pese a haberse disputado tan sólo la mitad de las fechas. Los dirigidos por Passarela, en cambio, se arrimarían a los Xeneises, borrarían del recuerdo de sus hinchas los problemas de definición y recuperarían aire para luchar por impedir la triple corona local de Boca (también puede obtenerla internacionalmente si logra la Sudamericana, ganó las últimas dos ediciones).
El partido más esperado del semestre, se disputará este domingo en el estadio Monumental (¿dentro de poco Coca-Cola?) con un marco impactante. Por jugadores, por entrenadores, por presente de cada club, por historia, es un partido que promete y mucho. No se lo pierdan. Veanló y cuentennos.