No se juega con el nombre

La FIFPro en el año 2006, premió a Ronaldinho como el mejor futbolista por segundo año consecutivo. Nadie, ni los del Madrid, dudaban de su capacidad y calidad. A partir de allí, se inició una debacle estrepitosa en su carrera, al punto de no haber nadie dispuesto a pagar 25 millones de Euros que pide Laporta por su pase (cifra minúscula respecto de lo que ofrecía el Chelsea menos de un año atrás).
La primera frustración la trajo la Copa del Mundo ´06. A manos de Francia, su seleccionado quedó afuera en cuartos de final. El astro oriundo de Porto Allegre brilló por su ausencia. El motivo alegado fue el desgaste físico provocado por la extensa temporada europea disputada con el Barcelona. A partir del arribo de Dunga como seleccionador brasileño, su aporte ha sido cada vez menor, al punto de no ser citado para las eliminatorias clasificatorias al Mundial a realizar en Sudáfrica en 2010.
Su situación en Barcelona ha girado 180º desde que levantó la Copa de Europa. De sub-capitán (luego de Puyol y Xavi) y titular inamovible en el esquema de Rijkaard, a jugar apenas una veintena de partidos en toda la temporada que está por concluirse el domingo próximo, estando más tiempo en sesiones de kinesiología que entrenando con sus compañeros.
¿A qué se debe su bajón? Factores físicos (ver foto) y principalmente psicológicos han influido para que Ronaldinho pasara de ser EL astro a pasar al anonimato.
¿Podrá retomar su nivel? No hay dudas que si recupera la confianza y se pone a punto físicamente, está en condiciones de volver a ser el jugador desequilibrante y fascinante que todos los amantes del fútbol han alabado.
El tiempo dará una respuesta a tanto interrogante. Lo cierto es que hoy, nadie juega con el nombre, ni Ronaldinho.