viernes, junio 15, 2007

El secreto de mi éxito


Ni el más optimista de los simpatizantes de San Lorenzo se hubiese animado a pronosticar hace ocho meses que iban a ser campeones del presente torneo. Sólo el segundo riojano más famoso confiaba en eso y él fue el gran artífice de ello.

Ramón tomo un "fierro caliente", un equipo destruido, con un semestre pésimo, vapuleado por goleadas (1.7 con Boca y 0.5 con River), la eliminación de la Copa Sudamericana, peleas entre el técnico y su hincha más popular (Tinelli)... Lo cierto es que a base de confianza y motivación logró armar un gran equipo, que a pesar de no conformar a algunos exigentes, a base de regularidad, orden y constancia pudo lograr el tan preciado título que no se daba desde la marcha de Pellegrini en 2001.

Pudo manejar la fuerte personalidad de Orión -recordar la hecatombe en el amistoso contra Gimnasia de la Plata-, convirtiéndolo en pieza clave del equipo campeón. Armó una defensa sólida, con jugadores devaluados que estaban en una forma muy baja. Tal es así que Bottinelli fue convocado a la Selección y Tula fue el defensor que más goles gritó en este certamen (cuatro) quedando como el tercer artillero del equipo junto a Lavezzi. Confío contra todos los pronósticos en Ledesma y Hirsig para que sean los ejes en la mitad de la cancha, ya que muchos eran escépticos con respecto al primero y otros estaban decepcionados con el pobre rendimiento del segundo en el torneo anterior.

Párrafo aparte para el "Malevo" Ferreyra, que pasó de ser el blanco más fácil de los hinchas a la hora de los insultos y las "apretadas", a ser una de las figuras y dueño de todas las pelotas paradas y centros, de los cuales vinieron muchísimos de los goles.

Convirtió a un jugador como Rivero, sin historia en el club, ni grandes partidos -ver expulsión contra el Toluca- en uno de los ídolos de la hinchada.

Otra mención aparte merece lo que logró con Lavezzi, jugador que supo ser silbado a principio de año por su coqueteo con River y al que Ramón convenció para que se quedara en el Santo y a partir de allí fue uno de los máximos exponentes del equipo, lo que fue coronado con el llamado de Basile para el amistoso contra Chile.

Por último, pero no por ello menos importante, formó una gran dupla goleadora compuesta por "Gata" Fernández y el "Cuqui" Silvera, los cuales decidieron muchos partidos en favor del "cuervo" con sus goles.

Los interrogantes abundan, ¿Cómo hizo para revivir un equipo muerto?, ¿Por qué los jugadores despreciados por River rindieron tan bien?, ¿Por qué la gente acompañó tanto al equipo?

La razón del éxito la tiene sólo él, Ramón Angel Díaz.

3 comentarios:

Hermano Aquiles dijo...

Así como en River el equipo se lo armaba Francescoli, en SL se lo armaba el Gallego Méndez (?).

Anónimo dijo...

y quien se ganó la camioneta al final?

Cesc dijo...

NAdie!!! la vendieron y dividieron lo recaudado en partes iguales...